Plan extraedad 2012

Plan extraedad 2012

El plan de los cisnes.

La capacidad de observar a alguien desde otro lugar es además de comprometida, transformadora, del nosotros.
Esa posibilidad de movimiento interno en el punto de vista es una oportunidad de crecer, y sobre todo reconocer al otro en un lugar que sea valorado y comunicárselo para su autovaloración.

Es tal vez una de las tantas capacidades de estos cisnes como mensajeros de una inminente necesidad de transformación de un mundo dirigido por supuestos adultos y sus relaciones en muchos casos enfermiza y contaminante aunque también con toda la experiencia de lo que sí ha logrado esta humanidad y la oportunidad de no repetir ni ocultar la evidente y ya en proceso transformación cultural.

La revaloración del ser humano como una integridad, una red invisible e indivisible interconectada emocional y racional mente, con un poder real de transformación y auto transformación tan solo con hacerlo consiente nos coloca en un momento de la historia de muchos desafíos y posibilidades vivenciales, sobre todo para quienes conscientemente desean aportar desde su lugar en la cultura o la educación.
Los procesos no van a ser nunca más los mismos aunque se insista porfiada y patológicamente en repeticiones de estructuras, estrategias, tácticas y metodologías que son sobrepasadas por el tsunami de una humanidad que quiere verse de otra manera.

En este marco las estructuras y las organizaciones que intentan hacerse cargo de la educación se están moviendo en una marea que es bastante más poderosa que su capacidad de navegación.
Una de las primeras que sufre pero también puede ver claramente este proceso por sufrirlo antes que muchas otras estructuras humanas que creen estar en tierra firme como los estados, gobiernos, aparatos políticos y religiosos. Cualquier admirador de Nostra Damus puede hoy en día hacer novelas y venderlas fácilmente ante tanto desconcierto y apocaliptizacion simplemente con esconder la Oportunidad como parte principal de la crisis.

Tenemos pues un modelo educativo y sobre todo cultural que resiste en pos de defender su hasta ahora "lugar seguro" en un viejo paradigma de racional centrismo y cultura de poder piramidal.
Edificios rectangulares en una arquitectura que olvida las posibilidades de las curvas de sus propias capacidades creativas y sometida a las necesidades del control, olvidando que las ruedas de mate son un espectáculo cultural educado y socializante más efectivo que algunos departamentos de comunicación de los ejércitos.
Un sistema político centrado en la negociación y la manipulación con un concepto de inteligencia antiguo de acumulación y ocultamiento de cantidades de datos para dominar. Es decir un colectivo que no puede aportar a la cultura sin controlarla.
Educar al sistema político y politizar al educador.
El concepto de laicidad ha ido simplificándose hasta convertirlo en neutralidad, y como consecuencia inmediata hipocresía. En un mundo donde los jóvenes no tienen como valor la autocensura se escuchan para quienes lo quieran oír sus deducciones desde que lugar habla cada uno de los actores del sistema educativo y otros.
La transparencia como una necesidad inmediata de mis poderes, debilidades son una primera instancia a lograr para pilotear las pequeñas tablitas de flotación en la que nos exponemos si entramos al mundo de proceso educativo. Esa trasparencia actúa como una vela permeable que no nos deja naufragar con el viento de nuestras palabras densas y opacas seguramente emergentes de nuestros miedos. La autenticidad es un valor que nos permite mostrarnos sin el riesgo de cargar nuestra pequeña embarcación en un costado oculto.
La construcción de una nueva red que nos interconecte implica un primer nivel de compromiso. ¿Quién esta primero?
La alimentación del ego racional ha sido un método para ocupar lugares en estructuras piramidales que nos alimentara económica y energéticamente y nos ha alejado del objetivo supuestamente real. Aunque acumulemos para distribuir, aunque nos capacitemos para mandar mejor, aunque nos constituyamos en líderes democratizadores, la distancia es a lo sumo la perpendicular desde la base hasta nuestro vértice y en el peor de los casos a los vértices de la base casi cayendo de nuestro alcance real. Hacer circular (nos) integradamente ya no es tan utópico, es simplemente vernos desde ese lugar no importa lo que se vea en la apariencia tridimensional.
Facilitar ese movimiento en vivencias es simplemente aceitar los engranajes de esas circulaciones energéticas, incluyendo a todos los actores que tiene voluntariamente la necesidad de aportar al crecimiento colectivo, y aprendiendo a dejar de lado la valoración del lugar ocupado en las viejas pirámides que seguirán ahí por algunos tiempos.

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